martes, 6 de octubre de 2009

Reseña Historica

El distrito de Acoria, constituye uno de los pueblos más antiguos de la región de Huancavelica. Su historia se remonta a la época Pre-Hispánica. Los testimonios que brindan algunos historiadores dan fe a esta afirmación.
El censo del virreinato del Perú del 10 de enero de 1796, registra a Acoria con 3 170 habitantes como doctrina del partido de Angaraes. Restos de este pasado, sería este conjunto, a la brevedad posible para que no se pierda en el tiempo.
En el incanato, esta tierra estaba habitada por las belicosas tribus los wancas y los vilcas, que integran Chucacamayoc, Chaynapampa y Chupaca por el norte; por el este hasta Pallala y Añancusi al pie de Alto Pongo; por el sur hacia Huanaspampa, Laimina, Ccaccasiri, en este último lugar se encuentran las ruinas de Chaccas-Marca.
Al correr el tiempo, los pobladores de dichos centros han reducido la población dentro de la zona urbana y se dividieron en dos barrios antagónicos (Los Chaccas y los Pacas).
El barrio de Pacas se jacta y enorgullece de ser la cuna del famoso (Lorenzo Ñahuinjopa), quien fuera el descubridor de la famosa mina de Santa Bárbara de Huancavelica, de la que se hizo dueño Don Amador de Cabrera en 1564 en compensación de la pérdida de un valioso sombrero en la suntuosa fiesta de Corpus en Ayacucho. Otros estudiosos manifiestan su discrepancia con la población de los Wanca Vilcas y surge una nueva visión, esta población era parte de la civilización de los Chancas y Procas, cuyo lenguaje, costumbre y comida son comunes y se mantiene hasta la actualidad.
En la época virreynal, producida la conquista por los españoles, Huancavelica fue dividida en encomiendas que se repartieron entre los pobladores de San Juán de Frontera. Uno de los agradecidos de esta repartición fue Don Amador de Cabrera, natural de Cuenca – España, emparentado con los Condes de Chinchón y los Marqueses de Moya.
Acoria era integrante de esta encomienda y Ñahuinjopa. En una de las visitas de Don Amador de Cabrera y esposa Doña Inés de Villlobos, entregó a su hijo de diez años, quienes tuvieron como Paje, pero con cariño de sus padres como relata Don Ricardo Palma Tradicionalista peruano. Este hijo fue el que perdió el sombrero valioso de Don Amador en la fiesta de Corpus en Ayacucho.
Don Francisco Pizarro, producida la conquista del Perú, se dirigió de Cajamarca a Cuzco en 1533, siguiendo la ruta hacia el sur por el camino del inca “Inkañan”, llega a Alto Pongo, uno de los ramales de la cordillera central, donde castigado por el frío resuelve bajar por la quebrada de Panccán – Huacco, pasando por Pascamarca, un lugar de clima delicioso en las orillas del río Ichu. Cruza el río el numeroso ejército español al pie de San Cristóbal. y al descansar en dicho lugar son objeto de grandes atenciones de parte de los pobladores. Contentos los españoles al mando de Francisco Pizarro, resolvieron fundar el pueblecito español con el nombre de San Lorenzo. Trazaron una sola calle, una plaza que hoy se llama San Lorenzo y abrieron los cimientos del templo para San Lorenzo, patrón del pueblo. Este acontecimiento produjo regocijo y contento, los pobladores acudieron con tinyas y pitos a construir el templo de Cápac – Apu. Se terminó el templo de construir, compuesto de tres naves con fachada de “Piedra sillar” (Checco – Rumi) que fueron trasladados desde las canteras de Huayllaccoto y Huiñacc.
El nombre de este histórico y pujante pueblo proviene de la palabra quechua “Jacuri” que quiere decir “Vamos”, por los años 1560, Acoria estaba poblada de indios dedicados al pastoreo y los españoles residían en este lugar por su clima delicioso y cuando se produjo el prodigio de la aparición del señor de Acoria, todos los indios con gran alborozo recorrían por todos los ámbitos del pueblo gritando “ Jacuri, “Jawamusum”, “Jacuri”, “Jacuri”. Todos repetían esa palabra quechua. Los españoles de tanto oir “Jacuri”, “Jacuri”, denominaron al Cristo crucificado con le nombre de “Señor de Acoria”, después por la ley del mínimo esfuerzo se dice simplemente Acoria. Etimológicamente Acoria deriva de dos palabras quechuas “ Ajo – Joria”, que quiere decir “Despertar de arena”. La tradición popular afirma que en lugar denominado Accobado a seis kilómetros de Acoria, el derrumbe de un cerro represó al río Ichu y que mantuvo durante quince días en zozobra a los pobladores de dicha comarca, pero al desembalsar el agua quedó una gran extensión llena de arena con vestigios de oro que brillaba rutilante con los rayos solares. Entonces los pobladores repetían a menudo “Acco – Ccori”, que en su evolución forma la palabra Acoria.

1 comentario: